1/06/2008

Escoger el terreno de combate lo es todo : hay que escoger entre ser pasado o ser futuro

Cuando Hillary Clinton decidió afrontar el Fenómeno Obama en base a la experiencia y la cualificación, cometía el tradicional error de los contendientes que representan las posiciones dominantes.
Concentrarse en las debilidades del oponente en lugar de las oportunidades que representan las demandas latentes.

Obama escogió recoger el testigo de la insatisfacción y el deseo de cambio. Escogió movilizar las energías potenciales, abordando propuestas dinamizadoras.

En lugar de definir nuestra estrategia explícitamente desde el oponente, movilizar energías que nos empujan hacia delante. Con ello el oponente representa presente y pasado, pero no la expectativa de un horizonte mejor.

La estrategia política como lo es la comercial debe estar basada en la correcta evaluación del estado de las audiencias. Se construye desde la búsqueda de conexiones como fuerzas latentes que deberían ser capaces de llamar a la acción a través o a partir de una percepción y de la construcción de un estado de opinion.

A lo largo de mi experiencia me he enfrentado a colegas y partners que defendían posiciones aparentemente guiadas por el sentido común y la experiencia, pero que como en el caso de Hillary vs. Obama acaban por anclarnos al pasado y no nos encaran hacia el futuro.
Hay que considerar siempre la opción de transmutarnos desde posiciones estáticas a posiciones dinámicas. Tenemos que asumir el riesgo de desligarnos de las seguras ataduras del pasado, aunque sea aparentemente porque en verdad las percepciones pasivas (aquellas referidas a la certidumbre y la seguridad) difícilmente se desdibujan. Sin embargo es mucho más difícil y laborioso construir dinámicas revitalizadoras, asumir nuevos mensajes. En fin, representar la expectativa de cambio y renovación.
No es una cuestión de valentía. Es una cuestión de supervivencia. Casi nunca hay gran potencial en negar al contrario. Si hay casi siempre mas potencial en asumir una consistente demanda insatisfecha.
Ser tímido, prudente, cínico incluso, es tenido por muchos como un signo de inteligencia. Pero la verdad es que hay mucha mas inteligencia en los audaces, si es que saben ser portavoces de demandas latentes a las que los aparentes “front runners” hacen oídos sordos.

La estrategia de Hillary Clinton orientada a descalificar al challenger no ha dado resultado. Parece que incluso ha acentuado su lastre, que no es otro que representar otro pasado, el de los 90.
Es posible que la victoria de Obama no se consolide, pero lo que si es cierto que su reciente victoria es un aviso y un aprendizaje :
No hay inteligencia en mirar al pasado, como no la hay en no oír a quien queremos “entrar en común” o comúnicar.
La inteligencia está en los atributos y mensajes que aportan energía, que nos mueven de la pasividad a la acción.
La inteligencia nunca es estática.


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