5/07/2007

Inteligencia Visual. Conversaciones con el fotógrafo Antoine Passerat

El atrevimiento de dejarse llevar por la vocación es un pecado demasiado grave como para no dedicarle unas líneas.
¿El personaje? Antoine Passerat.
¿El vinculo? Mercenario del marketing que cuelga su armadura y carga en ristre su cámara fotográfica para explorar el mundo de la imagen. Por gusto y libre voluntad : valiente cambio de rumbo.
Atrás quedan sus experiencias en el mundo del marketing.
Café en un entrañable hotel barcelonés, al parecer siguiendo costumbre parisina. Tarde de sol. Plática.
¿Y que tendré que ver yo con un joven fotógrafo aficionado a los temas truculentos en el borde de lo prohibido? ¿Qué nos une?
Como escribía, un chispazo de inspiración.
Hablamos de inteligencia visual. Es decir de la capacidad de analizar desde la cámara fotográfica una realidad para estudiarla. Hablamos de la contribución del fotógrafo para permitir que organizaciones se vean a si misma, concluyendo que la “gente” (ese ambiguo colectivo) “no sabe mirar”.
Seguimos pensando en voz alta. Concluimos que el fotógrafo es un observador etnográfico capaz de subrayar a través de las imágenes lo que el ojo insensibilizado de otro observador no sabría ver. Y mantenemos que el uso de la fotografía como herramienta de exploración e inteligencia visual puede ser un potencial instrumento en ejercicios de reflexión y análisis corporativo.

El ojo inquisitivo de la maquina fotográfica puede explorar sentimientos y experiencias que están latentes en una organización o grupo humano.
Como si de un etnógrafo corporativo que busca destacar lo único y singular de ese colectivo humano.
¿Arte? ¿Investigación? No importa.
Lo único importante es que el testimonio fotográfico puede servir para que un colectivo y en especial sus directivos, vean con otros ojos su realidad organizacional.
Este estimulo visual, esta inteligencia visual es proceso de auto-lectura.

Podría ayudar a mirarnos con ojos nuevos.
A comprender facetas de nuestra realidad. Podría incluso suscitar discusión, debate, auto-análisis.

Este testimonio fotográfico que explora la gente, el espacio, las relaciones, todo aquello que las palabras con dificultad no llegan a describir podría ser una metodología alternativa y experimental (porque brinda experiencias).
El ojo inteligente, hecho de sensibilidad la luz, también es otra forma de auto-conciencia de la organización.
Concluimos que lo importante es saber mirar.

Para conocer más acerca del trabajo de Antoine Passerat os invito a visitar http://www.passerat.com/. Más allá de lo artístico y libre, diversos encargos corporativos tienen intensidad e insight, son esa lectura visual de aquello que las palabras no alcanzan a explicar.

1 comentario:

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