4/13/2008

¿Sabes que Zapatero ha perdido las elecciones? si te preocupa no es para tanto, Rajoy también ha perdido (reflexiones a toro pasado y gobierno puesto)

Es posible que tras algunas semanas pueda escribir acerca del verdadero resultado de las últimas elecciones generales. El hecho oculto a la opinion publica, pero entredicho en algunos foros, es que Zapatero perdió las elecciones. Aunque no menos cierto es que Rajoy tambien las perdió.

¿Cómo puede producirse esta paradoja? ¿Cómo puede ser que el ganador aritmético sea de hecho tan perdedor como lo ha sido tambien el perdedor aritmético?
No es sencillo de explicar si tenemos una vision anquilosada y difícil de asumir la realidad cambiante y a la vez permanente de la comunicación política.
La paradoja se produce porque ningún liderazgo que sea incapaz de generar un amplio consenso más alla de sus bases naturales es hoy por hoy un liderazgo viable. Construir una alternativa política o en general una alternativa de cualquier genero que es esclava de segmentaciones prefijadas no es en si misma una estrategia transformadora. Lo es sin embargo diseñar un modelo comunicacional que sobrepasa las barreras de lo preconcebido y construye nuevos limites. Es una estrategia ganadora transformar los límites, sorprender con posicionamientos dinámicos que reclutan y persuaden. Es creativa, en el sentido de creador de nuevos contenidos, aquella vision que trasciende limites y abre puertas, para dar lugar a un espacio amplio y suficiente.

Por eso tanto Rajoy como Zapatero, perdieron de algún modo. Perdieron por que ninguno logro o quizás no quiso en algunos casos, superar y trascender las limitaciones de sus organizaciones y sus raíces. Lastima. De hecho todos los grandes proyectos políticos como lo fue Blair o Reagan se basaban en una efectiva re-evaluación de sus espacios electorales y con ello de sus discursos. Es tiempo de reivindicar la inclusividad. Es decir, la capacidad de concebir espacios que incluyen;espacios en lo que se pueden crear mayorías que no se definen por etiquetas ajenas al específico proyecto político.
Ayer mismo, en una animada cena, discutía las virtudes de la política de un prometedor alcalde en Catalunya. Uno de los asistentes blandía como si fuera un arma mortal (quizás lo fuera) el concepto de coherencia. Acusaba al alcalde de esa ciudad catalana, Sant Cugat por más señas, de practicar una política basada en guiños aquí y alla. Decían que los partidos deben estar regidos por una calvinista rectitud y previsibilidad, basada en una lineal y fácilmente predecible actitud. Decían que no cabían experimentos, que no eran buenos extraños maridajes. Que no entendían que se asumieran políticas de sostenibilidad o apaciaguación del tráfico urbano. Denostaban la inclusividad como tambien lo hacían algunos adeptos izquierdistas teoréticos e intransigentes que no entendieron políticas de ciudad que asumían razonables aspiraciones presentes en la agenda de la derecha.
Pues bien, dicho esto queda claro que nuestro modelo intransigente y volcado a la galería no es viable para crear mayorías decisivas y significativas. Debería estar claro que la polarización no es rentable sea una polarización indirecta (asumiendo iniciativas que obligan al contrincante a posicionarse) o bien polarización directa a partir de radicalizar el mensaje. Al final de algún modo todos perdieron; perdieron los que no lograron desde la acción política de gobierno construir una mayoría de confianza y entusiasmo mas alla de la táctica, pero perdieron tambien los que en un vano intento creyeron que la movilización de sus bases era suficiente, sin entender que en gran parte les pagamos el sueldo no para llenar la parroquia con sus parroquianos sino para trascender sus limites. En realidad lo que pedimos, aun sin saber que lo pedimos, es que el líder político genere amplios consensos en base a no mirarse el ombligo y producir y difundir un discurso persuasivo que aúna voluntades. Perdieron unos y otros, pero perdimos tambien todos, porque no trascendimos los márgenes para hallar soluciones inclusivas. ¿La causa de este mal? Puede ser la falta de ideas pero sobre todo la falta de liderazgo amplio y aglutinador y sobre todo el control que ejercen camarillas, locutores nefastos y la debilidad de no trazar tu propio camino.
Otra vez será. Espero.

1 comentario:

JCosta dijo...

Perdimos todos. La indecisión de vivió hasta horas antes de las votaciones. Demandamos un líder claro, que coincida con la mayoría y que no se incline a ningún extremo. Como bién se indica en el Post, "un lider y buen comunicador" capaz de transmitir a al público en general una idea de gobierno clara.

Saludos,

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