4/23/2017

Mirar más lejos (¿sirve de algo pensar más lejos cuando todo va muy deprisa?)

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Encontrar lo genuino y valioso de las marcas y las empresas exige pensar sobre ellas no desde lo inmediato, sino desde lo duradero. Reflexionar sobre lo que lastra una marca o entender la encrucijada en la que se encuentra exige elevarse un poco y tomar otra perspectiva"

Corto plazo, inmediatez, aquí y ahora, lo evidente, lo comprobable … lo aparentemente claro. Para algunos estos son los únicos horizontes.
Hoy todo es tan inmediato y tan confuso que nada parece importante si está más alla de la próxima colina.
Pero tengo la sensación que, si no llegamos a mirar el problema o el reto siempre un poco más alla, acabaremos por no entender a lo que nos enfrentamos.
Primero, porque muchos de los problemas que atañen a cómo llegamos a las personas y conectamos con sus necesidades suelen ser manifestaciones de asuntos mucho mayores. Son erupciones en la superficie de nuestras relaciones, vínculos y comunicaciones. Nunca el problema en su plena dimensión se hace del todo visible.
Segundo, porque por mucho que nos esforcemos cualquier iniciativa o táctica es siempre un paso en un largo camino. Un intento, un progreso. Pero nunca una respuesta completa y dotada de todos los recursos. Hagamos lo que hagamos y por mucho que podamos hacer, nuestras iniciativas siempre convivirán con un reto de largo alcance, que cambia y evoluciona.
Y tercero, carecemos objetivamente de capacidad para controlar todo el entorno y el escenario que envuelve el problema. Por definición, incluso para los que creen estar en una posición dominante o privilegiada, nuestra posición siempre es limitada o tiene alguna carencia.
Por eso alguien tiene que pensar el asunto un poco más lejos.
Alguien tiene que elaborar hipótesis.
Alguien tiene que proponer otro punto de vista.
Alguien tiene que releer el asunto y dar otro significado.
Encontrar lo genuino y valioso de las marcas y las empresas exige pensar sobre ellas no desde lo inmediato, sino desde lo duradero. Reflexionar sobre lo que lastra una marca o entender la encrucijada en la que se encuentra exige elevarse un poco y tomar otra perspectiva.
No siempre es fácil.
Sobre todo, porque erróneamente estamos cada vez más convencidos que es la acción la que realmente importa. Cuando lo importante no es hacer o actuar sino transformar y mejorar, generar cambios.
Si renunciamos a mirar más lejos estamos dando la espalda a la inspiración conceptual que aparece cuando sacamos el asunto de los estrechos límites en los que nos lo han planteado. Sino miramos más lejos no nos preguntaremos por qué y estaremos pensando en el cómo.
Mirar más lejos implica alejarse de lo previsto, incluso de las claves que nos han dado para plantear el problema.
Como lo es debatir el problema más alla de las premisas que se le han fijado.
Miremos más lejos. Es un “riesgo” que merece la pena