Esta nueva frontera no es asunto de hoy a principios de la década de los 90 supuso una transformación en categorías que parecían condenadas a ser comodities.
A principios de esa década también comenzaron a transformarse las prioridades de las organizaciones que alimentaban ese nuevo cuerno de la abundancia.
Pero el problema era conciliar la manera de hacer e integrar culturas muy distintas de un lado la que provenía del marketing llamémosle “tradicional” y mass-media oriented. De otro aquella gestión más cercana a las empresas llamadas de las ciencias de la salud, fuertemente condicionadas por lo científico y lo normativo.
Hoy los límites se han borrado. Los entornos son menos distintos porque lo normativo lo invade todo y porque lo científico o pseudocientífico forma un continuo.
Hubo en ese cambio tiempos “heroicos” cuando había que conciliar ciencia y persuasión, cuando había que comenzar a pensar mas allá de los límites de lo masivo e incorporar lo mas focalizado.
Era preciso integrar en el marketing de la alimentación nuevos saberes y procesos, dialogo con nuevas audiencias y a la vez traducir a lenguaje plano e involucrante ideas y nociones que eran muy complejas o no podían explicarse en su total simplicidad. Fue interesante y provechoso. Y aprendimos haciendo camino.
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