Emerger con fuerza exige tener voz y la voz nos las dan las
marcas.
Lo nuevos players económicos globales como México, Turquía, quizás
Irán o Indonesia tarde o temprano tendrán
que mirarse en ejemplos como Corea del Sur que construye marcas globales como
Samsung o Hyundai. Hasta hoy estos nuevos e importantes actores de la economía global
estaban más preocupados por defender sus espacios económicos internos y por eso
es fácil percibir una vocación por crear grandes marcas corporativas que
definen conglomerados multisectoriales, una estrategia razonable cuando lo
importante era y todavía es dejar claro que hay Brand champions nacionales
capaces de liderar el proceso de modernización.
Pero las cosas cambiaran si la economía global sigue cambiando del modo que hoy lo hace.
Las empresas y coporaciones no podrán quedar amparadas en
una mera configuración corporativo-industrial como ocurrió en Corea del Sur.
Sera necesario construir marcas Mexicanas, Turcas, Iranís,
Egipcias o Indonesias o de cualquiera de los nuevos Global Mid-size players.
Algunas economías como la Turca o la Mexicana, por su
proximidad física y ósmosis económica y social con grandes núcleos globales
como Europa o EEUU seguramente estarán en condiciones para afrontar la construcción
de marcas transnacionales muy pronto, sobre todo cuando sus grandes
conglomerados industriales y económicos, que con gran esfuerzo han creado
marcas referentes en categorías claves como son las comunicaciones, requieran
primero hacer el rol-out de su marcas en ámbitos afines y luego hacerse un
lugar incluso en el core de la economía global.
Es lógico pensar que mañana Turquía domine las nuevas economías
de Asia central y oriente medio, o que marcas mexicanas tengan un lugar preeminente en Latino-américa y en los poderosos entornos latinos de EEUU. Incluso que estas
economías más allá de comprar grandes corporaciones industriales en España,
Rusia o Francia, desarrollen marcas de amplio predicamento en ámbitos emergentes
del consumo. Incluso estos nuevos jugadores globales tendrán que orientar su
emergente industria de contenidos, porque siguiendo el ejemplo de México y Turquía,
ambas tienen musculo en la generación de contenidos como para hacerse un lugar
en ámbitos que parecían vedados a Hollywood.
El fondo de esta cuestión es un modelo del que tarde o
temprano debemos hablar:
Marcas muy locales y enraizadas cuya engagement es imbatible
(propongo el caso de la cerveza Moritz en Barcelona); marcas internacionales
que operan con éxito en los nuevos escenarios económicos como Latam y que procederán
en muchos casos de nuevos jugadores globales como Turquía o México y finalmente
marcas globales y muy únicas que procederán de las tradicionales economías desarrolladas
como EEUU, Gran Bretaña, Francia, Alemania o Italia.
Como siempre el futuro es de los audaces y de los que saben
ver más allá de la línea del horizonte.
Las nuevas economías globales-regionales no pueden jugar con
los viejos enfoques del siglo XX y el futuro les exigirá que creen marcas sin
fronteras.
Para lograrlo hay que proyectar la energía y dinamismo de
sus mercados de origen a nuevos espacios, incluso adquirir compañías medias con
valor de marca en EEUU o en Europa para incorporar su saber de marca, pero
sobre todo mirar al horizonte sin complejos y sin ambages.
Es el momento, el futuro nos pertenece.
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