9/13/2006

¿A qué amo he de servir? El conflicto entre lo que se debe hacer y lo que conviene hacer

Hoy me enfrentado a un dilema profesional. Satisfacer al cliente o al consumidor. Conciliar los prejuicios y aspectos ajenos al problema o a la tarea, o bien, seguir los dictados de un juicio independiente y enfocado al resultado. El cliente pide resultados pero también conciliar ciertos estándares y prejuicios corporativos que no están directamente vinculados a la decisión y que interfieren en la estrategia y en la ejecución.
Este conflicto de intereses es un tradicional obstáculo `para emitir un juicio independiente y comprometido. Es difícil enfrentarse a la disyuntiva de hacer lo que se cree que se debe hacer o bien hacer aquello que se supone desean que se haga. Escribo sin acritud, ya son muchos años en las trincheras. Pero sorprendido como la primera vez que me enfrente a esta disyuntiva.
Se me dirá que no contempla aspectos o condicionantes. Se me dirá que ninguna decisión es pura y ajena a algún tipo de transacción. Y yo digo que es verdad. Pero me asalta el miedo de olvidarme de lo que se debe hacer, mas allá de gustos y prejuicios. Me preocupa anteponer el juicio parcial al compromiso de dar lo mejor para resolver una tarea especifica, recordando que lo mejor, en abstracto, tampoco existe. En definitiva, cuitas de querer servir y no siempre encontrar el modo de hacerlo como quisiéramos.

5 comentarios:

Unknown dijo...

Puedo asegurarte que no es una película. de hecho hace 20 años que no lo es. el conflicto es real, orientar la estrategia bajo criterios objetivos y en busca de la eficiencia o contemplar aspectos subjetivos o ajenos al problema. con clientes poco expertos en marketing es una realidad asumida, pero en procesos que deberían ser mas profesionales basados en información mas o menos consistente me resulta sorprendente. En cuanto a hacer lo contratado, el hech es que para lo que me pagan es para brindar una solución y en definitiva para que el proyecto funcione y tenga éxito. Y el éxito nunca es una componenda. Creo

Anónimo dijo...

Antonio, no soy quien para dar una respuesta correcta a una persona con tanto bagaje profesional sobre sus espaldas…y yo apenas tan poco tiempo (alrededor de 8 años…), pero creo que en estos casos nuestro deber como profesionales es satisfacer sin duda al juicio independiente, a la recomendación más profesional sin pensar en prejuicios ni nada por el estilo.
Al final luego el cliente debe de tomar la decisión… nosotros únicamente darle nuestra visión, nuestro enfoque y nuestra recomendación.
La lástima es encontrarnos a menudo al otro lado de la mesa con profesionales que piensan más en su silla que en el beneficio colectivo (que al final redunda en el suyo)

Unknown dijo...

Creo que de alguna manera hay que compartir la opinión descarnada pero posiblemente realista de Ottinger. Mi intención no era tanto plantear un problema de deontología profesional sino exponer la interferencia en un proceso a partir de factores externos al propio proceso. Juicios de valor, expectativas, referentes operan como filtros. No es que busque o crea en un proceso totalmente aséptico (es imposible) pero si considero que deberíamos tener una vocación o intención, para controlar esas interferencias. Cuando sea posible. Hablo obviamente desde un punto de vista muy teórico consciente de que todo al fin y al cabo es una transacción (como debe ser la mayor parte de las veces)

Anónimo dijo...

Difícil reto , pero si somos buenos profesionales , del lado del cliente o de la agencia , lo correcto es ofrecer la versión más apropiada , los pros y los contras , sin miedo.

Anónimo dijo...

Difícil reto , pero si somos buenos profesionales , del lado del cliente o de la agencia , lo correcto es ofrecer la versión más apropiada , los pros y los contras , sin miedo.