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Tiene que ser así para que no se produzcan realidades que parecen aisladas o ajenas a la esencia y el ser del negocio.Dicho en otros palabras, comunicamos en función a como y de qué modo sabemos hacer negocios.Si nuestra organización es incapaz de construir y valorar intangibles y vínculos que van más allá de lo estrictamente funcional y operativo ¿cómo vamos a pedirle que asuma y obtenga maestrías en comunicación?La comunicación debe ser inmanente, propietaria, concebida desde dentro y hacia fuera y no a la inversa.Cuando no es así se producen disfunciones, contradicciones que no tardan en hacerse evidentes.En palabras llanas comunicamos como somos y no somos como comunicamos, por mucho que en ocasiones se haya concebido la comunicación como factor de cambio y transformación.Pero ese cambio explicitado, dicho y no siempre hecho, solo funciona cuando la comunicación proclama o avanza algo que ya está en el seno de la organización.Tan fácil escribirlo, pero que complejo manejarlo