2/07/2008

Y W C o esas mentiras que te gustaría creer y ya no te puedes creer


Aunque sea mentira, me gustaría creérmelo.
Me gustaría sentir la fuerza de un movimiento encarnado en posiblemente inocentes esperanzas.
Incluso me gustaría creerme esas mentiras de elaborada factura.
Por una vez.
Tiene un regusto de sueños sesenteros. De esos que se murieron en el 68 a uno y otro lado del océano.
Te conmueve. Pero pronto surge una voz que te azuza hasta hacerte dudar.
Una que dice: no es verdad.
Posiblemente no lo es.
Pero nadie niega que sería bonito.
Al fin y al cabo tiene ese tufillo de progre bien duchado y correcto, de esos que quedamos bien con las ancianitas.
YWC

2 comentarios:

Antonio Núñez dijo...

He tenido la misma sensación. Creo que la producen todas las utopías. Sabes que de tan perfectas no pueden ser verdad,les ves brillar la cosmética en los pómulos. Pero a la vez no puedes reprimir tus tremendas ganas de abrazarlas y creer.

Pese a verle las costuras, no desprecio el valor intrínseco de los sueños, el valor redentor del propio acto de soñar. Y a mí este tipo me produce tremendas ganas de soñar. Sólo por eso, yo le pondría el despacho.

Por de pronto he encargado un muñeco réplica de él por internet, subido a un cajoncito de madera, con la manita en alto. Lo sentaré junto a mi madelman Bush, que siempre he tenido a mano para poder darle cogotazos.

Antonio Núñez

Dessmond dijo...

Un post magnífic!.