Nunca antes la salud había sido un elemento tan importante y decisivo en la sociedad de consumo.
–Más que en una sociedad del conocimiento, vivimos en una sociedad preocupada por la salud. –La salud determina y condiciona las políticas públicas y las prioridades sociales. Los roles ya no son los mismos y sus interacciones tampoco
significado de la salud
•La Salud es una de las principales inquietudes del individuo y de la sociedad, y una condición indispensable para disfrutar del éxito social y personal.
•Gozar de buena salud no sólo significa no estar enfermo, sino también estar en plena forma física y tener las facultades mentales y sociales que nos permitan alcanzar la autorrealización.
•Gozar de buena salud tiene implicaciones psicosociales y condiciona el estilo de vida de las personas; ya no es tan sólo una experiencia física.
pacientes
•Los pacientes dejan de ser meros objetos para convertirse en sujetos activos con plenos derechos en el proceso de decisión.
•Gozar de buena salud no depende exclusivamente de especialistas y organismos públicos, sino que es un tema presente en todos los niveles sociales de opinión y participación. Las personas quieren ser protagonistas a la hora de cuidar de su salud.
profesionales
•Los profesionales sanitarios ya no pueden ser considerados únicamente como grupos sociológicos racionalistas y simplistas.
•La comunidad de profesionales sanitarios es un grupo social importante con gran poder de influencia social, con estructuras de influencia consolidadas y de gran complejidad.
•Una visión superficial no ofrece una buena percepción ni explica determinados comportamientos, por lo que no permite adoptar soluciones innovadoras
enfermedad
•Una enfermedad no es una realidad física, sino una realidad social, humana, económica e incluso política. La enfermedad es una experiencia con amplias repercusiones, no sólo cuerpo-estado.
•La explicación cultural del concepto de enfermedad es mucho más amplia y profunda, pero también es más “interactiva” e incluye distintas dimensiones del ser humano, con interacciones entre el soma, la psique y la integración social
¿qué necesitamos?
•Estrategia visionaria:
–Combinar las enseñanzas de las ciencias sociales y nuestros conocimientos en marketing de consumo.
•Metodologías multidisciplinarias: –Aunar técnicas y experiencia, cruzamos fronteras y no dejar de trabajar de forma eficiente e innovadora aun con el rigor y la seriedad propios de las ciencias de la salud.
•Neutralidad de los canales: –Gozar de libre acceso a los canales gracias a una vasta experiencia en diferentes disciplinas y muy especialmente en la búsqueda continua de estrategias, no de “paquetes de soluciones”.
•Orientación a la resolución de problemas, no a los procesos: – Centrarse en los problemas del cliente, pero por encima de todo reinventamos procedimientos y creamos soluciones. Somos creativos desde la fase inicial del planteamiento del problema.
•Conocer en profundidad a nuestro público objetivo
•Incorporar nuevas disciplinas
•Evitar a toda costa el conflicto y la entropía entre las distintas disciplinas de comunicación
•Evitar las visiones estereotipadas
1 comentario:
La visión en torno al concepto de salud debería sobretodo girar en torno al concepto de “prevención”.
Prevención y bienestar deben ser conceptos de unión indivisible. Hasta hace pocos años, el concepto de bienestar era un gran desconocido en nuestro país o por lo menos, no era aplicable a nuestro cuerpo sino que era más bien un concepto relacionado con la estabilidad socioeconómica. Hablar de bienestar era sobretodo hablar de un concepto global que debía aplicarse a la gran masa social, siendo por tanto una concepción indivisible de aspectos políticos y económicos.
En la actualidad, y gracias a los avances científicos, contamos con varios años extra de vida y en el mejor de los casos de independencia física y un grado de salud impensable cincuenta o sesenta años atrás. Esto ha potenciado de forma generalizada la idea del "Yo", como unidad auto gestora de sus actos y responsable de su futuro. Pensar en el Yo, ha favorecido además la planificación de un proyecto de vida más allá del puramente reproductivo. Pensemos que a mediados del siglo XIX, la esperanza de vida en Europa era de sólo cuarenta años (dos siglos no es nada en términos evolutivos). Lo justo para desarrollarse, encontrar una pareja sana y reproducirse.
Contar con estos años ha cambiado los planteamientos sociales hasta puntos inimaginables, desarrollando esquemas de vida en los países desarrollados que por primera vez individualizan y exteriorizan actitudes y formas de vida que tienen como prioridad el Yo, por encima de aspectos relacionados con "la comunidad", aspectos reproductivos, familiares e incluso religiosos. Las repercusiones sociales están siendo enormes: la sanidad, el ocio, las tendencias sexuales, la economía, la familia, el trabajo... El reto actual de la sociedad es cambiar los hábitos adquiridos y heredados de nuestros antecesores, ya que sin tener en cuenta las enfermedades a las que no se tenía cura y que diezmaban a la población, el resto de agresiones no conformaban un peligro latente a corto plazo. Y la vida, era entonces un proyecto a corto plazo. Ahora esto ya no es así, y nos encontramos con una sociedad que bebe reorientar su ocio, su tiempo libre y sus años extra de vida hacia estilos y costumbres que no agredan su salud, es más, que la potencien.
Hoy, estos "hábitos erróneos de vida" se magnifican en un entorno demasiado condicionado por un estilo de vida capitalista en donde el éxito se "alquila" en forma de objetos, casas, coches, y en donde la publicidad y el marketing condicionan lo que queremos y cuando lo queremos. Pero existe otra consecuencia directa de poder vivir más, y es la decisión de uno mismo, de ese "Yo", de aprovechar esos años redundantes de vida con el mejor estado físico, anímico y mental posible. Una nueva tendencia que se refleja -con mayor o menor influencia por parte del ámbito empresarial- en índices cada vez más elevados de afluencia a centros deportivos. La búsqueda de la salud, ha pasado sin embargo por diferentes fases y en estas fases han tenido especial relevancia las últimas investigaciones científicas en cuanto a envejecimiento, nutrición etc. y también -como no- el omnipresente marketing que en ocasiones nos muestra una cara excesivamente persuasora de lo que realmente necesitamos.
La prevención es la piedra angular de la salud, de los conceptos Wellness y bienestar, de la vejez activa y de la juventud plena, e implica cambios en nuestra manera de actuar y en nuestra manera de vivir. Prevención significa "desaprender" hábitos erróneos y marcarse una pauta de cambio continuado. Posiblemente, yo que he vivido toda mi vida de una forma saludable con una ausencia total de tabaco, alcohol e incluso de ocio nocturno, vea sencillo autoconvencerse de la importancia de esta palabra, sin embargo creo que el lector convendrá conmigo en que ignorándola hacemos un flaco favor a nuestros próximos años de vida extra. Afirmaciones como "de algo hay que morir" me parecen dramáticas dados los niveles de comprensión que actualmente tenemos de enfermedades como las patologías coronarias, el cáncer, la obesidad e incluso los trastornos mentales. El cambio hacia hábitos de vida más sanos, es algo además que transmitiremos con facilidad a nuestros hijos, verdaderas esponjas en el aprendizaje y copia de actos y costumbres. Se trata sobre todo de vivir plenamente la vida, no de sufrir los años extra que la ciencia nos a regalado.
Para alcanzar un buen nivel de prevención, debemos cambiar las estrategias de tratamiento de los pacientes. El PACIENTE debe aprender a evitar lo que atenta sobre su salud. Para ello es imprescindible que los profesionales del ámbito de la salud y la actividad física readaptemos nuestros conceptos de comunicación, persuasión y resultados hacia estrategias de gestión del cambio en las costumbres de vida del cliente y hacia técnicas de control de todos aquellos hábitos que atentan contra la salud y la calidad de vida.
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